UN LUGAR SOLIDO.


Bienal de Arte Textil. Centro Cultural CEINA, Noviembre 2023, Santiago de Chile. Curada por Matías Allende.


Esta obra, llevada a cabo en Santiago de Chile en el marco de la 1era Bienal de Arte Textil BAT, se emplazó en la explanada del Hall del Centro Cultural CEINA. Dicho espacio fue concebido originalmente como una zona de paso la cual conecta la entrada con las diversas salas de exposición y demás actividades del Centro Cultural. Al mismo tiempo, vincula al centro cultural con uno de los colegios secundarios más antiguos y tradicionales de Chile. La obra se levantó entre medio de este contexto como una torre blanda, la cual si bien por su tamaño, altura y escala, parece algo monumental, contrasta en su materialidad con las duras paredes de concreto del edificio que la contiene.


La obra se dividió en 3 espacios/cuartos. Me imaginé cada espacio como diferentes estados físicos/mentales unidos entre sí por la costura.
El primero, refería al mundo material en clave pictórica: pintura de bodegón exagerada, referencias a  las madonas renacentistas y al arte naif; también al patchwork no sólo como técnica sino como forma de superponer y unir diversas referencias, materiales, colores y técnicas

























El segundo, el cuarto rojo, refiere al cuerpo físico: un espacio completamente rojo en la que desaparece el patchwork casi en su totalidad para traducir las imágenes en dibujos. En su interior, el público no sólo ve un cambio de tono con respecto al primer espacio, sino que también el color baña los cuerpos visitantes, entrando en una especie de órgano-espacio.




















El tercer espacio, el cuarto azul o acuático, también baña de color cualquier ser que lo visite. En este caso, el azul como experiencia metafísica, el agua y el cielo. Referencias vinculadas al nacimiento y la muerte.











Un cuarto espacio aparece, en otro contexto, ya no interior, sino exterior. Diferente al resto de los tres mencionados, el exterior de la torre se plantea como una experiencia en si misma: un gran edificio blando ubicado en el interior de otro duro y firme como es el Ceina.
















Esta arquitectura blanda, fue también sensible a las condiciones del lugar que la alojaba: la corriente de aire hacia que sus paredes bailaran, con movimientos espasmódicos que la hacían respirar de adentro hacia afuera. La luz natural del sol que entraba por las ventanas la volvía traslucida , casi como entrar a una caja de luz, al mismo tiempo que hacia de su iluminación un aspecto orgánico.